Tiene una prevalencia en torno al 4% en niños y adolescentes. Puede tener un inicio temprano en la edad preescolar pero no es infrecuente su inicio en plena adolescencia. Suele ser más común en hijos de madres que sufren trastorno por angustia.
Se caracteriza por una ansiedad excesiva en lo que concierne al alejamiento del hogar o de aquellas personas a quienes el sujeto está vinculado La ansiedad es superior a la esperada, y crea en el sujeto un malestar significativo. La duración mínima del proceso debe ser al menos 4 semanas y, empezar antes de los 18 años. Cuando el trastorno comienza antes de los 6 años se realiza la especificación de inicio temprano.
Los sujetos con este trastorno pueden experimentar malestar excesivo recurrente al estar separados de su hogar o de las personas con quienes están más vinculados. Los niños con este trastorno suelen expresar miedo a perderse, mostrar desasosiegos cuando se trasladan fuera de su domicilio. Pueden evitar el ir solos a distintos sitios,rehusar ir a la escuela o a un campamento, o visitar la casa de un amigo o dormir en ella.
A veces son incapaces de permanecer en una habitación solos. Pueden tener pesadillas cuyo contenido expresa sus temores. No son infrecuentes que se manifiesten miedos a fantasmas, monstruos, ladrones, oscuridad… ni tampoco preocupaciones relacionadas con la muerte y el morir. Pueden manifestar conductas de «aferramiento», situándose muy cerca del padre o la madreo llegar a aparecer respuestas coléricas o estar muy alterados ante la perspectiva de una separación.
Los niños con este trastorno suelen tener problemas llegada la hora de acostarse y pueden insistir en que alguien permanezca con ellos hasta conciliar el sueño. Durante la noche pueden trasladarse al dormitorio de sus padres (o a la de otra persona significativa).
Cuando ocurre o se anticipa una separación, son frecuentes las quejas físicas tales como dolores de estómago, cefaleas, náuseas y vómitos. No son infrecuentes en niños mayores, síntomascardiovasculares tales como palpitaciones, vértigos y sensación de desmayo. Con frecuencia el estado de ánimo es depresivo pudiendo llegarse al diagnóstico de trastorno distímico o depresivo mayor. En determinadas circunstancias este trastorno precede a trastornos de angustia con agorafobia.