Cuando acuden a un psicólogo/a, experto en terapia infanto-juvenil, muchos padres se preguntan que pueden esperar de este tipo de terapia psicológica y como ayudará a sus hijos.
La terapia infanto-juvenil tiene una serie de especificaciones por el grupo de edad al que está dirigida ya que, en los casos de niños sobre todo pequeños, las técnicas del psicólogo a utilizar para la evaluación y el tratamiento son diferente a la terapia con adultos.
Dado que los niños no son capaces de expresar como un adulto que les ocurre, que sienten, que quieren expresar, y lo expresan por medio de síntomas, muchas veces síntomas que no tienen que estar en consonancia con lo que realmente es la causa de ellos.
Por ejemplo, un niño puede tener síntomas de depresión, pero un adulto no reconocerlo como tal, ya que una depresión en un niño muy pequeño cursa de forma diferente a un adulto.
Debido a esto en nuestra clínica la primera sesión con el psicólogo será familiar, en terapia es muy importante la implicación de los padres en esta, y de otros miembros de la familia en caso de ser necesario, hermanos, abuelos, tíos….
En esta primera sesión siempre pedimos que al niño o adolescente le acompañen ambos padres, a ser posible, y si consideramos que es necesario también algún otro miembro de la familia, casi siempre hermanos, ya que es muy importante ver al niño con las figuras más importantes para él y la base del sostén emocional que necesita.
Ver como el niño o adolescente se relaciona con ellos es necesario para realizar una buena evaluación, por ejemplo puede acudir un niño o adolescente a terapia con diferentes miedos, a estar solo, a la oscuridad, a monstruos,… etc
…y este miedo puede estar fundamentado con dificultades emocionales que el niño/adolescente sienta y no sabe expresar de forma verbal, miedo a no ser importante respecto a los otros hermanos, sentimientos de inestabilidad emocional debido a una separación de los padres o muerte de algún familiar, reflejo de una sobreprotección paternal…., sin la implicación de la familia es muy difícil ver que ha causado el síntoma del niño o adolescente.
Muchas veces a lo largo de la terapia psicológica infanto-juvenil realizamos sesiones familiares para poder trabajar aspectos como los anteriormente descritos, siendo también importante el trabajo individual con el niño para ayudarle a expresar lo que le ocurre, piensa y siente.
Existen dificultades emocionales con los niños que no tienen porque tener relación con el ámbito familiar, por ejemplo un acoso escolar o bullying , pero esto no quiere decir que las familias en estos casos no sean importantes en la tratamiento, ya que son una importante base de apoyo para el niño y adolescente y necesitan entender cómo se sienten, y que no pueden expresar.
En la terapia individual con el niño o adolescente usamos una serie de técnicas psicológicas específicas para trabajar con ellos.
Nos basamos primero fundamentalmente en la técnica llamada caja de arena o sandplay, consiste en que el paciente trabajará con una caja de arena, que representa su mundo interno y se le da a elegir objetos y figuras para crear este mundo. Inmerso en el juego, el niño y adolescente entra en el mundo de lo inconsciente.
El juego en arena es también un método de evaluación para los niños, convirtiendo la terapia psicológica en un juego desde la primera toma de contacto, rebajando barreras y miedos del pequeño.
El niño representa su mundo a través del juego, un lenguaje común para el niño, siendo más clarificador para el psicólogo y más sencillo de explicar para el niño.
Puede expresarse con total libertad desde la calma y el control que ofrece la figura del terapeuta. El niño puede liberar su mundo y volver a narrarlo de nuevo desde otro momento de su vida.
El juego en arena como un método psicoterapéutico, crea un puente entre la conciencia y el inconsciente. Durante el proceso, la mente consciente relaja su control y da permiso a que el material inconsciente salga a la arena.
Otras técnicas que usamos son el uso de cuentos, dibujos, marionetas, test proyectivos y arcilla.
La terapia psicológica con niños y/o adolescente es muy particular, con unos métodos diferentes a los adultos, siendo muy importante la implicación familiar, es por ello que tiene que ser realizada por un psicólogo experto en psicoterapia infanto-juvenil.
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