¿Qué ocurre con la pareja cuando tienen un hijo?
Desde el momento en el que ambos miembros de la pareja deciden tener un hijo el vínculo con este hijo comienza a formarse, en forma de creencias, imágenes y pensamientos sobre esta maternidad y paternidad.
¿Pero qué ocurre cuando no son ambos miembros de la pareja los que quieren tener un hijo?:
En este caso comienza a formarse una herida en la pareja, y un sentimiento en ambos de experimentar necesidades diferentes y la creencia y sensación de que la relación esta desequilibrada, que debe ser tratada sin miedo por un psicólogo profesional en terapia de pareja.
La idea de ser padres tiene que partir de ambos miembros de la pareja, ya que sino el futuro hijo puede ser rechazado por aquel miembro de la pareja que no sentía esta idea de ser padre/madre, mientras que el otro miembro de la pareja tiende a volcarse en el bebe, con una protección excesiva.
Ambos miembros de la pareja, por tanto, comienzan a verse como pseudoenemigos.
Durante el embarazo la relación de pareja ya comienza a cambiar, aparece ya un tercer miembro en una pareja que antes solo eran dos, puede que en ese momento todo empiece a girar en torno al embarazo y cada miembro de la pareja o uno solo se olviden de sí mismos, de sus necesidades, olvidándose también de la pareja.
Es necesario que la pareja siga existiendo y siga siendo vista en este periodo.
En la mujer embarazada se producen alteraciones hormonales que producen alteraciones emocionales y físicas, es importante que la pareja comparta sus emociones y pensamientos sobre estos cambios, la mujer puede llegado un momento en el proceso del embarazo en que no se sienta atractiva ni deseada, o puede que baje su deseo sexual, el hombre a su vez puede que no sepa cómo gestionar este cambio en su pareja y las consecuencias emocionales que tiene para él.
¿Qué ocurre cuando finalmente este hijo nace?
En ese momento la madre centra toda su atención en el bebe, siendo esto un proceso necesario y normal para ambos, pero también es igualmente necesario que el padre, a parte de estar con el bebe, reclame a esta nueva mama el no perder la pareja, ya que los primeros días esta nueva madre se olvida de la pareja y centra todo su foco de atención en el bebe.
Es necesario que haya espacio para la pareja desde el comienzo del embarazo y posteriormente cuando nace el niño, muchas veces nos encontramos en la consulta niños que acuden con inseguridad, miedos, y fusionados con sus padres y parejas que acuden al psicólogo después de años de crisis y una mínima comunicación entre ellos, y viendo su historia de pareja descubrimos en terapia psicológica que la pareja se había empezado a romper desde el primer embarazo, llegando incluso a dejar de ser pareja.
El hacer colecho con un bebe recién nacido facilita el apego con ambos padres, pero este contacto, tan necesario con el bebe, no solo se puede llevar a cabo por medio del colecho.
Mucha veces se mantiene el colecho hasta los 3-5 años, esto produce una gran separación en la pareja, ya que literalmente ya no son pareja en su dormitorio ni en su cama, se impide este contacto, ya que el niño suele dormir entre ambos padres, es una forma de no mantener el contacto físico con quien ya casi no conoces y quien no te resulta atractivo/a, ya que en ese momento la pareja se ha alejado casi por completo, por lo que el contacto ya no es aquello que produce placer a nivel emocional y físico, sino algo a evitar.
Es necesario cuidar a la pareja cuando nace un hijo, pasar tiempo juntos como pareja, y seguir teniendo planes de futuro como pareja, la pareja no deja de existir por ser padres.
Los problemas deben resolverse, porque guardarlos puede desembocar en algún problema infanto-juvenil trasladarse en un futuro al niño o adolescente.