Cuando el amor de tu vida te deja, te volverás un tanto desquiciado. Mas realmente es una forma bastante concreta de locura: y es que en ese instante hay diferentes sistemas neuronales en enfrentamiento en tu cerebro. Es tal y como si te estuvieras enamorando nuevamente, solo que al contrario. Esta es la explicación que da la neurociencia.
El efecto del amor
No importa si estuviste al lado de tu ex- por 6 meses, 4 años o bien más. Una rotura cariñosa devuelve a tu cerebro a la etapa inicial de tu relación, esa en la que semeja más bien una obsesión. Todo te recuerda a esa persona, una fotografía, lugares que acostumbraban a ir juntos, pensamientos aleatorios; todo eso desencadena la actividad de un tipo concreto de neuronas en el núcleo caudado y el área tegmental ventral del cerebro. Estas son exactamente las mismas unas partes del cerebro que se alumbran cuando los científicos someten a una resonancia imantada a personas que se hallan en esa admirable etapa que solo puedo llamar la etapa de “no puedo meditar en solamente que en ti”, y los hacen ver fotografías de sus seres queridos.
En verdad, estas unas partes del cerebro asimismo son las que responden a los efectos de la coca y la nicotina.
Activar estas neuronas asimismo libera grandes flujos del neurotransmisor conocido como dopamina, la que activa circuitos en el cerebro que crean un deseo por más, considerablemente más. Ese deseo te motiva, y te anima a probar nuevas cosas que te asistan a conseguir eso que precisas. En el caso de los romances, eso que precisas es más de tu ser querido.
Mientras que una relación va evolucionando y desarrollándose hasta ser una relación de largo tiempo, esa obsesión se marcha desvaneciendo, aun cuando el meditar en tu pareja todavía te da determinados cosquilleos en esa una parte del cerebro. Mas si rompen, todos esos viejos sentimientos de “necesito considerablemente más de ti” retornan prácticamente inmediatamente. Esa una parte del cerebro prosigue aguardando su dosis de romance, mas no están obteniéndola, y tal y como si se tratara de una adición a alguna droga, hará algo para llamar tu atención y hacerte contestar ante esas necesidades.
En este nuevo contexto y situación, este sistema del cerebro se convierte en la parte que te va a motivar a que hagas algo verdaderamente imbécil, como llamar borracho a tu ex-, o bien tener el renombrado “sexo de ruptura”.
Lucy Brown, una neurocientífica de la Universidad de Medicina Einstein, quien ha estudiado la contestaciones del cerebro frente al romance a lo largo de su carrera, explica que esta motivación es todavía más extrema que cualquier otra forma de rechazo social, pues el romance está considerablemente más ligado a la parte más primitiva del cerebro. Ella asegura que:
“Otras clases de rechazo social son considerablemente más cognitivas, al paso que el rechazo romántico es una cosa que puede mudarte la vida, y se relaciona con sistemas que están al mismo nivel que el sentirse hambriento o bien sediento”.
No extraña que duela, literalmente.
El dolor es real
Cuando tu amor te deja, es bastante probable que vas a sentirlo de veras. Tu pecho se siente apretado, tu estómago revuelto, o bien aun te sientes agobiado. 2 estudios se han dedicado a estudiar a fondo los cerebros de personas que estaban en la mitad de la agonía de una rotura y hallaron que no solo una zona del cerebro se alumbraba cuando les hacían una resonancia imantada. Asimismo se percataron de que había actividad cerebral en las partes que controlan el agobio y el dolor físico. Siendo más concretos, las unas partes del cerebro que recogen las sensaciones de dolor relacionadas al planeta exterior estaban apacibles y también inactivas, mas de la misma forma los sistemas que se conectan a estas partes encargados de supervisar de qué manera reacciona el cuerpo frente al dolor estaban bastante ocupados diciéndole al cuerpo que algo terrible sucedía.
Y puesto que el cerebro controla el cuerpo, encender esos sistemas puede provocar una catarata de efecto; por poner un ejemplo, liberar hormonas del agobio que atacan de forma directa al corazón, el sistema digestible e inclusive al sistema inmunológico. En determinados casos extremos, el agobio puede crear una condición cardiaca llamada “cardiomiopatía Takotsubo”, mejor famosa como el “síndrome del corazón roto”, que en ocasiones puede conducir a la muerte.
Por suerte, esos casos son rarísimos. Mas, todavía de esta manera, el dolor de un rechazo romántico puede perdurar bastante tiempo. Brown asegura que en promedio esta sensación de dolor puede perdurar desde los seis meses hasta los dos años, más o menos, mas este tiempo cambia en dependencia de cada persona. Realmente, el dolor es una parte natural del proceso. Las roturas duelen por el hecho de que activan sistemas relacionados con de qué manera conectamos con otras personas. “Es un sistema que procura sostenernos juntos”, explica Brown. “Cuando vivimos algún género de separación, estos sistemas nos hacen esmerarnos para aproximarnos nuevamente a esa persona. Y si las 2 personas implicadas trabajan en lo mismo, va a funcionar”. Mas cuando no es de este modo, puede doler tanto como que se te rompa un hueso.
¿Se puede hacer algo?
Por el momento, todas y cada una estas resonancias imantadas se han hecho a personas que han sido “dejadas”, mas no a los que dejan, con lo que la ciencia no tiene idea de qué sucede por la psique de esa persona. Tal vez, con el tiempo, exactamente las mismas conexiones neuronales pueden hacer hacer que tu amante sienta cada vez menos amor por ti hasta el momento en que un día esos sentimientos cálidos de apego romántico hayan desaparecido.
Y en ese instante es que llega la habitual charla de “tenemos que hablar”.
Desde ese preciso momento ya estamos buscando la manera de poder volver con nuestra ex-pareja. Mas cuando tienes el “corazón roto” no existe nada que te impida probar cosas que estimulen y animen a tu cerebro a ser de nuevo como anteriormente y estar bien. En verdad, existe patentiza de que justo después de la rotura tu cerebro empieza a trabajar en asistirte a superarlo. Esos análisis de los “dejados” que mostraban que sus cerebros estaban anegados en dolor y deseo asimismo mostraban actividad en zonas de la corteza frontal del cerebro que inhibe impulsos y mejora la conducta.
Resumiendo, conforme explica Brown, tu cerebro lo que trata es de regular y supervisar tus emociones encontradas, para intentar eludir que hagas por lo menos una de esas cosas locas que por alguna razón sientes que debes hacer. Trata de asistirte a poner tu vida en orden nuevamente. Tardarás en superarlo, mas tras cierto tiempo la actividad cerebral relacionada a la obsesión de romance se va a ir. Hasta ese momento, Brown sugiere asistirte a ti con ciertos ejercicios, como por ejemplo: “Cuando empieces a meditar en esa persona, en vez de rememorar lo buena que era la relación, procura enfocarte en rememorar todo lo malo que te hizo”. Sí, eso puede asistir.