Al sujeto, hay que hacerle comprender que la terapia no consiste en que engorde lo que la persona no quiera engordar, sino conseguir un peso, en el cual esté delgado, y sin embargo, no tenga peligro de muerte, o cualquier enfermedad irreversible. Las personas que sufren anorexia, por lo general, son muy inteligentes y perfeccionistas, y nunca, por este motivo, y por ética, se debe engañarlas. Una buena práctica muy recomendable sería sugerirle la lectura de los mejores libros de autayuda. En ocasiones, los familiares han de ingresar a la personas en un centro hospitalario, para que no pierda la vida, en contra de su voluntad. Se ha de hacerles percibir la realidad, no ocultarles el peligro que corren al rechazar los alimentos, al seguir dietas tan estrictas. Los familiares se han de concienciar que sus hijos deben saber toda la verdad.
En las primeras entrevistas, el psicólogo, deberá pedir toda información médica necesaria para saber en que condiciones físicas se encuentra la paciente, si presenta desnutrición, deshidratación. Deberá descartarse lesiones hipotalámicas, u otro tipo de enfermedades, que produzcan anorexia. Medir y pesar sin ropa. Medición de los contornos del cuerpo fundamentales. Se han de comprobar los hábitos alimentarios, conductas purgativas, actividad física, atracones, vómitos. Se ha de evaluar la imagen corporal, percepciones, pensamientos distorsionados, entorno social y familiar, historia…etc.
Evaluación de la Anorexia Nerviosa
Con la evaluación específica de cada caso, se planificará el tratamiento adecuado a esa persona. Dependiendo de la gravedad con que se presente el trastorno se ha de pensar en la hospitalización, en régimen ambulatorio, o ambos. A la persona se la informará con exactitud de su situación, en que consiste su problema, que caminos hay para solucionarlo, que alternativas tiene. Se le hará participar en todo proceso informativo, y de tratamiento. A los familiares se les reservará consultas para que puedan expresar sus sentimientos y sepan como actuar ante los problemas que se les presenten.
Hay que saber, que la mayoría de los trastornos físicos irán desapareciendo a medida que avance el tratamiento. Que el control lo seguirá teniendo la paciente, pero un control más adecuado, más realista. Que no se trata de conseguir que la persona pese más de lo normal, sino que esté sana y fuerte, con un peso normal o un poco inferior para su talla y complexión. Que los psicólogos están para ayudar, no para crear otro problema diferente. Que, a veces, todos tenemos que recibir ayuda y no por eso somos más débiles, ni peores, simplemente se plantea un problema y hay personas que conocen la solución. Que con la colaboración de la persona el trastorno de la anorexia desaparece.
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