Homosexualidad

Los seres humanos son capaces de sostener relaciones sexuales no sólo con parejas del género opuesto (mujer – hombre), sino con parejas de su mismo género (mujer – mujer u hombre – hombre), es decir relaciones homosexuales. Es un hecho. Sin embargo, la actividad sexual homosexual está rodeada de muchísima controversia social, tabúes y negatividad.

 

 

Cuando hablamos de homosexualidad, nos referimos a la preferencia sexual que una persona puede tener hacia otra persona del mismo género. Hago hincapié en “preferencia” porque es muy común que exista experimentación homosexual en algún momento, sin que la persona sienta que esa sea su preferencia sexual, lo que no implica verdadera homosexualidad. Este fenómeno comienza comúnmente durante la niñez y la adolescencia y es un indicativo del desarrollo de la sexualidad de esa persona más que de su orientación final de adulto. Ya a fines de la adolescencia, la mayor parte de las personas han identificado su orientación sexual, pudiendo ser heterosexual, homosexual o bisexual.

 

 

A pesar de que nuestra cultura tiende a aceptar únicamente el modelo heterosexual, la atracción y la actividad homosexual es perfectamente natural. El ser homosexual es parte de la identidad de una persona, igual que el color de sus ojos, o la forma de sus labios. Es muy importante no ignorar esta parte de la identidad de quienes son homosexuales, y fomentar un ambiente no sólo de tolerancia, sino de aceptación a las diferencias entre humanos. En el esfuerzo de educar y desmitificar algunas de las nociones populares que erróneamente se asocian con el homosexualismo, les presento la siguiente lista de creencias comunes:

MITO #1: Todos los hombres homosexuales son afeminados (versión femenina: Todas las mujeres lesbianas son “machonas”)

Los hombres homosexuales representan nuestra sociedad en general y laboran en todo tipo de trabajo. Es cierto que algunos gays representan el estereotipo del homosexual afeminado, pero esto también se da en algunos hombres heterosexuales. Aunque algunos hombres homosexuales acentúan sus características femeninas por diversión, o como respuesta a una sociedad hostil, la realidad es que la mayoría de los hombres gay son difíciles de distinguir de entre otros hombres.

MITO #2: El lesbianismo se da como segunda opción.

Las mujeres deciden ser lesbianas cuando no pueden conseguir una pareja masculina porque son poco atractivas (o porque han sido reiteradamente engañadas y desilusionadas por los hombres).

Para la mujer homosexual, el lesbianismo es la única opción. Recuerda que la persona homosexual siente una preferencia sexual por personas de su mismo sexo. Esto es igual para el hombre homosexual que para la mujer homosexual, y no tiene absolutamente nada que ver con falta de atractivo físico ni mala suerte encontrando una pareja del sexo opuesto.

MITO #3: El tipo de actividad sexual que se da entre homosexuales es perversa.

En realidad, la actividad sexual homosexual es muy parecida al sexo entre un hombre y una mujer. Se expresan sentimientos sexuales de muchas maneras: tocando, besando, frotando, masturbándose mutuamente, estimulando de manera oral-genital, penetrando analmente, lamiendo, masajeando, etc. Es una manifestación de sexualidad diferente a la que la mayoría de la gente está acostumbrada, pero no guarda relación con la perversión.

 

MITO #4: Todas las lesbianas odian a los hombres.

No, no se trata de que odien a los hombres… sólo prefieren a las mujeres. En una sociedad dominada por los hombres, se entiende que pudiera existir cierto grado de resentimiento hacia los hombres por parte de las mujeres homosexuales. Pero esta no es la norma.

MITO #5: Las relaciones sexuales entre homosexuales no suelen ser duraderas.

La actitud negativa que acompaña al homosexualismo en nuestra cultura es responsable, en gran parte, por las presiones sociales que a menudo acechan a las personas homosexuales. Como es de esperarse, dichas presiones suelen generar ansiedad y otras consecuencias impeditivas y, por ende, diversos problemas en una relación sentimental. Sin embargo, muchos homosexuales logran formar y disfrutar relaciones duraderas de la misma manera en que pudiera hacerlo una pareja heterosexual.

MITO #6: Las personas homosexuales (gays y lesbianas) son más promiscuas que las heterosexuales.

El tema de la promiscuidad es muy relativo. ¿Quién mide cuánto es demasiado? Según el reconocido investigador sexual Alfred Kinsey, “una persona promiscua es aquella que tiene relaciones sexuales más frecuentemente que uno mismo.” La promiscuidad entre gays y lesbianas, cuando ocurre, se da en parte porque tienen que subsistir dentro de una subcultura sexual debido a la gran dificultad que tienen de ser aceptados e integrarse socialmente. Dicha subcultura en ocasiones se presta para cambios frecuentes de pareja. Pero la verdad es que, al igual que con los heterosexuales, entre homosexuales hay todo tipo de personas: promiscuas, monógamas, polígamas, solteras y célibes.

MITO #7: Los hombres homosexuales suelen ser pedófilos y acosan a la juventud.

La mayoría del acoso sexual a niños (el 95%) es heterosexual y ocurre dentro del contexto de la familia (padres, tíos, hermanos, amistades cercanas, etc.). La mayoría de los homosexuales sostienen relaciones sexuales con parejas de edades contemporáneas aunque, ciertamente, hay quienes caen víctimas de la búsqueda de personas más jóvenes que ellos.

 

MITO #8: Para poder satisfacerse sexualmente, las mujeres homosexuales necesitan usar dildos (como sustituto a un pene) al sostener relaciones entre sí.

Estoy convencida de que esta es una fantasía inventada por los hombres. J Las tres técnicas utilizadas más comúnmente entre lesbianas son la masturbación solitaria o mutua (manipular el clítoris, acariciar los labios y/o penetrar la vagina con los dedos), el cunnilingus (sexo oral practicado hacia la mujer), y el tribadismo (frotar la vulva, y por ende el clítoris, contra el cuerpo de otra persona). Cabe destacar que tanto en las investigaciones realizadas por Alfred Kinsey como las de Masters y Johnson, se encontró que la manera más certera para que una mujer alcance su orgasmo es la auto-gratificación sexual. A ésta le sigue la estimulación genital oral y es sólo en tercer lugar que encontramos la penetración peneana vaginal.

Desafortunadamente, vivimos en una sociedad que todavía apoya la doble moral sexual, donde se segrega a todo aquel que se anima a vivir públicamente en forma diferente a lo que marcan las normas y costumbres tradicionales. ¡Ya es hora de comenzar a vivir y dejar vivir! De respetar a las personas y valorarlas por quienes son y no por el estilo de vida que eligen para vivir… ¡de dejar de juzgar a los demás! Debemos educarnos para así poder entender y apoyar saludablemente el desarrollo de nuestra libertad social. El tratar de definir la sexualidad humana dentro de parámetros rígidos y simplistas, resulta absurdo. Comencemos a celebrar las diferencias que nos caracterizan, y a propiciar un ambiente de amor y aceptación ante la gran diversidad de expresión sexual humana.

 

Niños con Padres Lesbianas, Homosexuales,

Bisexuales y Transgeneros

 

 

Millones de niños en los Estados Unidos tienen padres lesbianas, homosexuales, bisexuales y/o transgéneros (LHBT). Algunos padres LHBT conciven a sus hijos en matrimonios heterosexuales o en otras relaciones. Un número creciente de padres LHBT ha concevido niños y/o los han criado desde su nacimiento, ya sea como padres solteros o en relaciones de compromiso. Esto puede ocurrir mediante la adopción, inseminación alternativa, padres substitutos o de crianza. Un pequeño número de estados al presente tienen leyes que apoyan la adopción de la pareja LHBT.

¿Qué efecto tiene en los niños el tener padres LHBT?

Algunas veces las personas se preguntan si el tener un padre homosexual puede ser difícil para los niños o tal vez dañino. Investigaciones recientes demuestran que los niños con padres homosexuales y lesbianas no son difierentes a otros niños con padres heterosexuales en su desarrollo emocional o en sus relaciones con pares y adultos. Es la calidad de la relación padre/hijo y no la orientación sexual del padre lo que surte efecto en el desarrollo del niño. Contrario a la creencia popular, los niños de padres lesbianas, homosexuales o transgéneros:

  • No tienden a ser más homosexuales que los niños con padres heterosexuales.
  • No tienden a ser más abusados sexualmente.
  • No demuestran diferencias entre si ellos tienen duda de si son hombres o mujeres (identidad de género).
  • No demuestran diferencias en su comportamiento masculino y femenino (comportamiento de desempeño de género).

 

 

Criando los niños en un hogar LHBT

A pesar de que las investigaciones demuestran que los niños con padres homosexuales o lesbianas están tan bien adaptados como lo están los niños con padres heterosexuales, ellos pueden encontrarse con algunos retos adicionales. Algunas familias LHBT confrontan discriminación en sus comunidades y los pares pueden mofarse de los niños e intimidizarlos. Los padres pueden ayudar a sus niños a enfrentarse con estas presiones de la siguiente manera:

  • Permita la comunicación abierta y las discusiones que son apropiadas a la edad y nivel de madurez de su niño.
  • Prepare a su niño para que pueda manejar las preguntas y comentarios sobre su transfondo o su familia.
  • Ayude a su niño a conseguir y practicar las respuestas apropiadas para cuando lo provoquen o le hagan comentarios crueles.
  • Haga uso de libros, sitios web y películas que presentan niños de las familias LHBT.
  • Considere el tener una red de apoyo para su niño (por ejemplo, llevando a su niño a reunirse con otros niños de padres homosexuales).
  • Considere el vivir en una comunidad donde la diversidad sea más aceptada.

Como todos los niños, la mayoría de los niños con padres LHBT van a tener ambos, buenos y malos tiempos. Ellos no corren mayor riesgo que los niños de padres heterosexuales para desarrollar problemas emocionales o de comportamiento. Si los padres LHBT tienen preguntas o preocupaciones acerca de su niño, ellos deben de considerar una consulta con una persona cualificada en la salud mental.

La homosexualidad es la atracción sexual persistente y emocional hacia alguien del mismo sexo. Es una parte de la gama de expresión sexual. Durante la niñez y la adolescencia, por primera vez muchos individuos homosexuales se percatan de su homosexualidad o lesbianismo y pasan por la experiencia de tener pensamientos y sentimientos homosexuales. La homosexualidad ha existido a través de la historia y en diferentes culturas. Cambios recientes en la actitud de la sociedad hacia la homosexualidad han ayudado a algunos/algunas adolescentes homosexuales a sentirse más cómodos con su orientación sexual. En otros aspectos de su desarrollo estos jóvenes son similares a los jóvenes heterosexuales.

Experimentan los mismos tipos de estrés, luchas y tareas durante la adolescencia.
Los padres necesitan entender claramente que la orientación homosexual no es un desorden mental. Las causas de la homosexualidad no se entienden claramente. Sin embargo, la orientación sexual no es un asunto de decisión propia. En otras palabras, los individuos no pueden escoger ser homosexuales o ser heterosexuales. No importa cuál sea su orientación sexual, todos los adolescentes tienen la alternativa de escoger la expresión de su comportamiento sexual y su estilo de vida.
A pesar de que el conocimiento y la información acerca de la homosexualidad y el lesbianismo ha aumentado, los adolescentes todavía tienen muchas preocupaciones. Estas incluyen:

  • sentirse diferentes a sus pares (amigos o compañeros);
  • sentirse culpables acerca de su orientación sexual;
  • preocuparse acerca de cómo puedan responder su familia y seres queridos;
  • ser objeto de burla y de ridículo por parte de sus pares;
  • preocuparse acerca del SIDA, la infección por VIH y otras enfermedades de transmisión sexual;
  • temer al discrimen si tratan de pertenecer a clubes, participar en deportes, ser admitidos en universidades y conseguir empleos;
  • ser rechazados y acosados por otros.

Los adolescentes homosexuales pueden aislarse socialmente, separarse de las amistades y los amigos, tener problemas concentrándose y desarrollar una pobre autoestima. También pueden desarollar una depresión. Los padres y otras personas necesitan estar alerta a estas señales de angustia, ya que estudios recientes demuestran que entre los jóvenes homosexuales y lesbianas existe un alto incidente de muertes por suicidio.
Es importante para los padres entender la orientación homosexual de sus adolescentes y proveerles apoyo emocional. Los padres frecuentemente tienen dificultad aceptando la homosexualidad de sus adolescentes por algunas de las mismas razones por las que el/la joven desea mantenerlo en secreto.

A los adolescentes homosexuales y lesbianas se les debería permitir decidir cuándo y a quién revelarle su homosexualidad. Los padres y otros miembros de la familia podrían obtener entendimiento y apoyo de organizaciones como: Padres, Familias y Amistades de Lesbianas y Homosexuales [Parents, Families, and Friends of Lesbians and Gays (PFLAG)].

Los adolescentes que no se sienten cómodos con su orientación sexual o que no saben cómo expresarla, pueden beneficiarse de recibir consejería. Pueden beneficiarse del apoyo y de la oportunidad de clarificar sus emociones. La terapia también puede ayudar al adolescente a hacer el ajuste a los problemas y conflictos que surjan en el ámbito personal, escolar y familiar. La terapia dirigida específicamente a cambiar la orientación homosexual no se recomienda y puede ser dañina a un adolescente reacio/a. Puede crear mayor confusión y ansiedad al reforzar los pensamientos negativos y las emociones con las que el adolescente ya está luchando.

 

El homosexual, ¿nace o se hace?

Estamos en plena controversia sobre la génesis de la homosexualidad humana. Existen teorías sobre base genética; otras abogan por una causa hormonal o psicológica, o por el propio proceso social. Veamos algunas de ellas.

Las primeras hipótesis psicologicas.de la homosexualidad se remontan a los discípulos de Freud, Stekel y Adler. El austríaco Wilhelm Stekel describió esta orientación sexual como “un infantilismo psíquico”, cercano a la neurosis, susceptible de una mejora notable y, a veces, incluso de curación. El alemán Alfred Adler fue el primero, en 1917, en poner la homosexualidad en relación con un complejo de inferioridad frente al propio sexo, que por consiguiente se manifiesta, en el hombre, como un complejo de falta de virilidad.

Posteriormente, otras investigaciones empíricas ponen de relieve la importancia que tiene, para que un hijo se identifique convenientemente con su papel sexual, el hecho de que tenga estima por el progenitor del mismo sexo. Estos autores dicen también que el adulto homosexual es una persona que no ha vivido sus años de juventud bien inmerso en la vida de grupo de los jóvenes del mismo sexo.

Así, estas experiencias juveniles llevan al adolescente a dramatizar la propia situación y a mendigar el afecto de aquellas personas del mismo sexo por las cuales no se siente aceptado o de cuya compañía se siente excluido. Según la hipótesis de estos autores, las fantasías homosexuales tienen su origen con frecuencia en esta necesidad -erotizada- de atención. En una línea similar se expresan otros psicólogos, que definen la homosexualidad como un trastorno emotivo, una forma de autocompasión neurótica, originada en la pubertad. Esta imagen de inferioridad -que puede ser consciente o no- aparece ya entre los 8 y los 16 años, con un pico entre los 12 y los 16 años.

En otras investigaciones sobre la identificación social y las figuras parentales de la homosexualidad masculina, en las cuales se expone que habitualmente el joven homosexual no se identifica ni le gusta parecerse a su progenitor, y esta ausencia de una figura paterna válida con la que identificarse trae consigo la búsqueda de identidad en personas del mismo sexo, que pasarían a convertirse en objetos libidinosos. Con todo, el valor científico de las interpretaciones psicológicas del homosexual es cuestionable, dado que se basan en poblaciones clínicas, o sea vistas en la consulta psiquiátrica, y no en homosexuales de la población general, que nunca requirieron servicios de salud mental. Un hecho llamativo es que ningún estudio de población haya verificado características especiales en la familia del homosexual varón y de la lesbiana que los distingan de los heterosexuales.

En otro lado tenemos los autores que con sus investigaciones proponen una base biológica, y no puramente psicológica, en el origen de la homosexualidad. Desde que se descubriera la importancia del papel de las hormonas maternas -pasando a través de la placenta- en la determinación de varones homosexuales, hasta los actuales estudios con marcadores genéticos en busca del gen de la homosexualidad, las posibilidades de que esta orientación sexual sea innata van cobrando fuerza.

Una de las primeras llamadas de atención fue encontrada en cadáveres de pacientes homosexuales fallecidos de SIDA, en los que se hallaron variaciones cerebrales en el tamaño del hipotálamo (aunque está en discusión si este hallazgo es debido a la propia infección por los virus del SIDA).

En otra investigación, recopilando datos de homosexuales y de sus familias, se descubrió que el 13,5 % de los hermanos de los varones homosexuales eran también homosexuales (desde la década de los cincuenta, ya otros autores habían advertido sobre la alta incidencia de homosexualidad en determinadas familias), frente al 2 % que se calculó para la población en general.

Curiosamente, casi toda esta desproporción se encontraba en la rama materna de las familias estudiadas. Esto implicaba que, por lo menos en algunos casos, los rasgos genéticos de la homosexualidad se transmitían a través de los miembros femeninos de la familia.

La pista estaba servida: se hallaban en el cromosoma X, el único que los varones heredan exclusivamente de la madre. Y, efectivamente, en el brazo largo de este cromosoma (Xq28) se detectan unas características distintas.

La homosexualidad no nace, se hace; lo vivido en la infancia influye, según un estudio

Un nuevo estudio a partir de 2 millones de personas señala que las experiencias familiares en la infancia influyen en la orientación sexual

El estudio se publicó en el número de octubre 2006 de la revista Archives of Sexual Behavior, a partir de los datos de dos millones de personas nacidas en Dinamarca entre 18 y 49 años. Dinamarca, un país tolerante con todo tipo de estilos de vida alternativos, fue el primer país en legalizar las uniones homosexuales y tiene completas estadísticas de uniones del mismo sexo desde 1989.

Un problema de muchos estudios sobre orientación sexual era la selección de la muestra. En este caso, la selección incluye a la inmensa mayoría de la población adulta danesa, así que no es una muestra sesgada, sino enormemente significativa.

“Nuestro estudio aporta evidencia prospectiva, basada en población, de que las experiencias familiares infantiles son determinantes importantes de las decisiones de matrimonio homosexual y heterosexual en la vida adulta”, dicen los autores del estudio.

El estudio asume que las personas en uniones del mismo sexo son homosexuales, y que los matrimonios heterosexuales son de personas heterosexuales (es un país muy tolerante donde estas uniones llevan más de 15 años vigentes).

Las correlaciones observadas son:

1 – Los hombres que “se casan” con otros hombres tienen más posibilidades de haberse criado en una familia con relaciones parentales inestables (padres ausentes, desconocidos o divorciados).

2- También en las uniones lesbianas se observa una relación con infancia marcada por una familia rota. Se dan especialmente en mujeres “que experimentaron la muerte materna durante la adolescencia, matrimonios cortos de los padres y mujeres que vivieron con sus padres con ausencia de la madre de larga duración”.

3- Hombres y mujeres de “padres desconocidos” tenían menos posibilidades de casarse con alguien del sexo opuesto que sus equivalentes de padre conocido.

4- Los hombres que experimentaron la muerte de su padre durante la infancia o adolescencia “tenían índices de matrimonio heterosexual significantemente más bajos que aquellos que tenían ambos padres vivos en su 18º cumpleaños. Cuanto más joven moría el padre, menos posibilidad de matrimonio heterosexual”.

5- Los índices de matrimonios homosexuales eran un 36% (para hombres) y un 26% (para mujeres) más altos entre aquellos que vivieron el divorcio de sus padres cuando llevaban menos de 6 años casados que entre aquellos cuyos padres estuvieron casados los 18 años de su infancia y adolescencia.

6 – Los hombres cuyos padres se divorciaron antes de su 6º cumpleaños tenían un 39% más de posibilidades de casarse con otros hombres que los hijos de matrimonios intactos.

7- Los hombres cuya cohabitación con ambos padres acabó antes de los 18 años tenían entre un 55% y un 76% más posibilidades de casarse con otros hombres que los hombres que vivieron con sus padres hasta lso 18 años.

8- Ser hijo único aumenta el riesgo de ser homosexual. También lo aumenta la edad de la madre: a más edad de la madre, más posibilidad de unión homosexual en los hijos.

9- Los nacidos en ciudades grandes tenían mayor posibilidad de unirse a una persona del mismo sexo.

“Cualesquiera que sean los ingredientes que determinan las preferencias sexuales y maritales de una persona”, dicen los investigadores, “nuestro estudio basado en población muestra que las interacciones parentales son importantes”.

La identidad sexual está enraizada en la biología de cada ser humano antes del nacimiento, brota de una variación en los cromosomas y está vinculada a los genes, afirmó Selma González, del Programa de Sexualidad Humana de la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

La especialista señaló en un comunicado que en algún momento del desarrollo intrauterino existe un punto crítico por el que cada individuo pasa, y algunas veces no se alinea a la hora de nacer, vivir y socializar, por lo que la homosexualidad y la transexualidad no son una opción.

Precisó que la homosexualidad, entendida como la inclinación erótico-afectiva por personas del mismo sexo, no es una patología, y en el caso de la transexualidad, dijo, se nace con un cuerpo que no corresponde a la sensación emocional, física, psíquica, afectiva y psicológica.

Guías y apoyo

A su vez, Rafael Salín Pascual, encargado de la Clínica de la Diversidad Sexual del Departamento de Psicología Médica, Psiquiatría y Salud Mental de la Facultad de Medicina, reconoció que si bien no existen estadísticas, se calcula que en el mundo hay un transexual por cada 30 mil habitantes.

Incluso, advirtió, 50% de los adolescentes transexuales que no acuden con un especialista para recibir apoyo psicológico, ni hablan de su condición con familiares, “se suicidan porque es difícil llevar la carga”.

Los expertos anunciaron que la UNAM abrió una Clínica de Diversidad Sexual, en la cual se apoya a quienes deciden reasignar su sexo con relación a su género y se capacita a médicos cirujanos para llevar a cabo cirugías de ese tipo.

Asimismo, se orienta psicológicamente a homosexuales y quienes pasan por ese proceso.

Añadieron que la teoría de la identidad y los genes podría responder a la interrogante de por qué nos sentimos hombres o mujeres, y aclararon que se trata de una condición genética y cromosómica, es decir, que ocurre al momento en que se fecunda el óvulo.

“Desde ese punto de vista, la homosexualidad y transexualidad son biológicas, no hay culpables y el único problema es con la sociedad.

Nadie puede decir a ciencias ciertas la razón por la que una persona es homosexual. Tenemos que admitir que podrían haber tendencias heredas, lo cual no hace que en algunos individuos la homosexualidad sea involuntaria. En estos momentos, no existe prueba para apoyar esa conclusión, pero en casos específicos, no podemos descartar esa posibilidad.

La homosexualidad también puede resultar de la presencia o ausencia de degeneraciones hormonales que típicamente ocurren antes del nacimiento.

Es más probable que lo que muchos llaman tendencias heredadas estén relacionadas con uno o más de los siguientes factores:

1- Confusión de papeles en los padres, incluyendo, pero sin limitar, el dominio de la madre y la debilidad o la ausencia del padre. Madres que son el “hombre” de la casa o padres que no pasan tiempo suficiente con sus hijos, donde el hijo o la hija ve claramente definido el papel del padre y de la madre en el hogar.

2- Seria disfunción de familia que hiere y daña al niño. Discuciones constantes, maltrato físico entre los padres o hacia los hijos, infidelidad matrimonial, divorcio, etc.

3- Abuso sexual a temprana edad.

4- La influencia de un homosexual mayor de edad durante el período critico de la adolescencia.

5- Una experimentación homosexual, tal como la masturbación por parte de otro chico del mismo sexo, o por el uso de métodos “autoplacenteros”, así como la introducción de objetos por el ano, etc., a temprana edad en la adolescencia.

¿Cómo éstas y otras influencias interactúan en circunstancias individuales?

No sé, y creo que nadie sabe. En cambio estoy seguro que la homosexualidad no resulta de influencias irresistibles genéticas, como algunos creen. Primero, si esto ciertamente fuera un rasgo genético, entonces todos los gemelos idénticos o fueran ambos homosexuales o fueran ambos normales. Sus genes son exactamente idénticos, por tanto todo lo derivado específicamente de su DNA expresaría con certeza su individualidad. Pero la realidad indica que en estos casos, como uno de los dos gemelos es homosexual y el otro es normal, el que es homosexual decidió ser homosexual y el que es normal decidió no ser homosexual. Uno de los cinco factores anteriores pueden haber jugado un papel sumamente importante en esta “decisión”, en el caso del gemelo que ahora es homosexual.

La homosexualidad y la Evolución

La evolución sostiene que a través del paso de generación en generación se pierden características genéticas que “son nocivas para la mejoría de las especies”. Pues si la homosexualidad fuera genética, ya los homosexuales y lesbianas no existirían, pues como en la población ellos se reproducen con menos frecuencia que los heterosexuales (personas normales), habría un decreciente número de personas en la población con tendencias homosexuales. Los homosexuales serían una aberración del proceso de “perfeccionamiento continuo” de las especies, por lo que algún “proceso natural” ya habría desechado a seres con tendencias sexuales que no cooperarían con la continuación o la supervivencia de la raza humana. Sin embargo, no hay ninguna prueba que indique que sus números están en descenso. Todo lo contrario, si la evolución fuera cierta, dentro de unos mil años, basándonos en las tendencias actuales, no existirían suficientes hombres y mujeres heterosexuales como para continuar procreando otros seres humanos. ¡La gran mayoría de nuestros descendientes fueran homosexuales genéticos, y aunque quisieran, no tendrían otra alternativa que extinguirse!

Pero regresemos al mundo real, al Creacionismo y a la historia de la que sí existe evidencia. La Biblia se refiere a las epidemias de homosexualidad y lesbianismo que ocurrieron en culturas especificas. Además de los ampliamente conocidos casos de Sodoma y Gomorra, tenemos otros casos. En Romanos 1:26-27 el apóstol Pablo describe tal hecho en la ciudad de Corinto:

“Por esa razón, Dios ha dejado que esa gente haga todo lo malo que quiera. Por ejemplo, entre ellos hay mujeres que no quieren tener relaciones sexuales con los hombres, sino con otras mujeres. 27 Hombres con hombres cometen acciones vergonzosas, y sufren en su propio cuerpo el castigo merecido por su perversión…”. (Note la mención de las enfermedades venéreas e infecciosas transmitidas entre lesbianas y homosexuales… ¡hace dos mil años!

Si en verdad la homosexualidad fuera heredada, seria constante a través del tiempo y de cultura en cultura. No habría epidemias como el SIDA y demás enfermedades venéreas. Ya el cuerpo humano habría desarrollado una capacidad para mostrarse renuente a estos tipos de enfermedades, como las que se mencionan en Romanos.

Dios es infinitamente justo. No creo que Él hablara de la homosexualidad en las Escrituras como un pecado abominable y enumerara entre algunas de las conductas humana más despreciable si más tarde cambiaría de parecer.

Lo que fue pecado para Dios hace 4,000 años, en los tiempos de Abraham, lo continuó siendo en los tiempos de Pablo, hace 2,00 años, y lo continúa siendo hoy, 2,000 años más tarde.

Mientras que la homosexualidad y el lesbianismo no son rasgos hereditarios, es importante enfatizar lo que a menudo ocurre a aquellos que no lo eligieron. Algunos individuos están viviendo un estilo de vida homosexual, pero no es que ellos hayan decidido ser homosexuales, sino que algunas de las influencias o factores que mencionamos al principio de este artículo los han inducido.

Pablo enseñó que en la tierra existen 3 fuerzas. Una que siempre quiere el bien: Dios. Pero existen 2 que siempre quieren el mal: la carne y Satanás. Muchos han decidido ser homosexuales. Lo han hecho porque han dado riendas sueltas a sus deseos carnales.

 

 

Finalmente debemos mencionar que otros han sido víctimas inocentes o han sido inducidos a convertirse en homosexuales. Fuerzas demoníacas luchan una batalla campal diariamente en la mente y el corazón de estos últimos. Ambos tienen esperanzas de ser libres, ya que si deciden venir al Señor, el Espíritu Santo limpiará su casa de demonios y la carne tendrá que someterse al dominio del Espíritu.

 

 

3 comentarios

    • Flor Maria

      Felicitaciones por preocuparse de la educación sexual en todos sus ámbitos………………son temas muy relevantes que para muchos son temas de controvercia sin solución pero cada véz estamos buscando más posibles soluciones que nos ayuden a mejorar nuestra forma de vida………………….sigan adelante…………

  1. Mario Alberto García

    Igual que Julieta, me ha parecido un excelente artículo.
    Y te seré sincero, después de tantos años el cuestionarme porque había nacido gay, hoy he encontrado donde fue mi génesis o quiebre. Fuera de todas las suposiciones que uno formula, o que especialistas me hayan dicho.

    No tengo más que darte enormemente las gracias!

    Saludos.

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