La llegada de Halloween invita a disfrazarse para estar en sintonía con una velada oscura y tétrica donde vivos y muertos están más cerca que nunca. El disfraz que elijas dirá mucho de ti.
Una noche al año, adultos y niños se permiten la licencia de lucir sus galas más terroríficas. Los hombres suelen optar por lucir estereotipos basados en el género del terror. Si es tu caso puede que ello obedezca a que eres consciente de que con estos disfraces podrás dar un buen susto. Las mujeres, sin embargo, suelen optar por versiones sensuales de vampiras, enfermeras o policías.
Por suerte, en Halloween no existen los tabúes ni el temor a ser juzgados y todos tendemos a liberarnos a través de nuestro atuendo, que incluye accesorios, máscaras o maquillaje.
La fobia a Halloween existe y está en tu mano superarla
Ante la inminencia de tan lúgubre noche, no solo los niños pasan miedo. Por extraño que pueda parecer lo que para muchos supone diversión y fiesta., para otros supone la materialización de uno de sus principales terrores. Estamos hablando de la Chamainofobia, o lo que es lo mismo, el miedo a Halloween.
Un miedo que no es cualquier cosa y que se define como anormal, persistente e injustificado a la celebración de Halloween, una fecha en la que mientras que los niños entonan el consabido “truco o trato”, en su incesante busca de golosinas por las casas de todo el vecindario, los adultos se reúnen en torno a fiestas y eventos en los que interactuar y divertirse ataviados con sus macabros disfraces.
En tan entretenido entorno, pocos son los que reparan en aquellas personas que sufren fobia a Halloween y a todo aquello que tan sombría noche representa. A veces, este irracional miedo está en conexión con fobias más conocidas como a las arañas o serpientes, entre otros animales.
La clave reside en identificar ciertos patrones de comportamiento durante Halloween. La cuestión puede ser tan simple como permitir que la persona vaya superando gradualmente su fobia por sí misma exponiéndose frecuentemente a lugares u objetos de los que causan su miedo.
En este sentido, puede ser una buena idea implicarla en la decoración hogareña de Halloween o en la elección de los disfraces, de modo que vaya comprobando por sí misma que todo forma parte de una caracterización ficticia cuyo único objetivo es que los participantes lo pasen fenomenal.
Lo normal es que con el enfoque apropiado la fobia a Halloween termine por remitir, sobre todo si también se sabe ver su conexión con otras fobias que van más allá de las mencionadas, pudiendo comprender las relacionadas con los lugares oscuros o la ansiedad local. En casos extremos, siempre está la opción de recurrir a la ayuda de un terapeuta.