Manuel era un “mar de dudas”. Le costaba mucho decidirse y nunca sabía qué hacer. Siempre tenía miedo a equivocarse, incluso con las decisiones menos importantes como qué película ver o dónde cenar. Esta manera de ser le hacía sentirse frustrado y desanimado. Sentía que su vida estaba “estancada” por su dificultad para decidirse.
Siempre que tenemos que decidirnos por algo, ya sea una cuestión poco o muy importante nos asaltan las dudas de si estamos tomando la mejor elección. Es normal, pero en algunas personas, elegir entre varias alternativas le produce un nivel de estrés que en algunos casos puede ser incapacitante ya que no se atreven a desechar ninguna posibilidad, quedándose paralizados –dudando- sin poder tomar una decisión.
Tomar decisiones a veces puede resultar difícil, pero es necesario. Como decía un político estadounidense “En cualquier momento que tengamos que tomar una decisión, lo mejor es hacer lo correcto, luego lo incorrecto, y lo peor es no hacer nada”. Es necesario abandonar la actitud pasiva y tomar decisiones.
Para tomar decisiones tenemos que pensar que:
- No existe la elección “segura”. Si pretendemos verlo todo con seguridad antes de tomar una decisión, no la tomaremos nunca.
- Anímate a decidirte. Tomar una decisión es a veces muy difícil, pero debes saber que, decidirte, te dará más satisfacción que el no decidirte. Incluso aunque la decisión que tomes, sea errónea. El no decidir, nos paraliza.
- Céntrate en lo que puedes ganar (o en lo positivo) de cada una de las elecciones que puedas tomar, y no en lo negativo que te pueda reportar cada una. Elige la que tú creas que más ganancias personales te va a aportar.
- Pierde el miedo. Ten en cuenta que no existe la decisión perfecta. Toda decisión tiene pros y contras. Ante la duda, pregúntate: “¿Qué es lo peor que me puede pasar si me equivoco con esta decisión?” Seguro que llegas a la conclusión que no es tan horrible como tu creías.
- Con cada decisión, sea mejor o peor, siempre aprendemos. Con cada decisión que tomamos a lo largo de nuestra vida, ganamos en experiencia y crecemos como personas.
- Céntrate en el presente más que en el futuro. El futuro te dirá si tomaste la mejor de las decisiones. Pero ahora, en el presente, tienes las riendas para dirigir tu futuro. Deja de tener miedo y actúa.
El futuro te dirá si tomaste la mejor de las decisiones.